martes, 1 de diciembre de 2009

el atolondradicho

... o un desmedido atolladero de palabras que van y vienen de un idioma a otro...

domingo, 22 de noviembre de 2009

sexo

de El Amante, Marguerite Duras.

Es un lugar de desamparo, naufragado. Me pide que le diga en qué pienso. Le digo que pienso en mi madre, que me matará si se entera la verdad. Veo que hace un esfuerzo y, después, dice, dice que comprende lo que mi madre quiere decir, dice: esa deshonra. Dice que no podría soportar la idea en caso de matrimonio. Le miro. Me mira a su vez, se excusa con orgullo. Dice: soy chino. Nos sonreímos. Le pregunto si es normal estar tan tristes como estamos. Dice que es debido a que hemos hecho el amor durante el día, en el momento álgido del calor. Dice que después siempre es terrible. Sonríe. Dice: tanto si se ama como si no se ama, siempre es terrible. Dice que pasará con la noche, tan pronto como llegue la noche. Digo que no sólo es debido a haberlo hecho durante el día, que se equivoca, que estoy inmersa en una tristeza que ya esperaba y que sólo procede de mí. Que siempre he sido triste. Que también percibo esa tristeza en las fotos en las que aparezco cuando niña. Que hoy esta tristeza, aun reconociendo que se trata de la misma que siempre he sentido, se me parece tanto que casi podría darle mi nombre. Hoy, le digo, esa tristeza es un bienestar, el de haber caído, por fin, en una desgracia que mi madre anuncia desde siempre cuando clama en el desierto de la vida. Le digo: no comprendo exactamente lo que mi madre dice, pero sé que esta habitación es lo que yo esperaba. Hablo sin esperar respuesta.

viernes, 23 de octubre de 2009

fin de invierno

FRÍO - LLUVIA
Voy hacia el Bajo por Marcelo T. Mi paraguas rojo va cortando el aire furioso que arrasa las calles blancas. Cruzo 9 de Julio con apuro, mirando con atención los lugares donde piso. Sobre el asfalto, hay una mariposa que tiene un ala encajada en la aleación de piedra. Un auto se la pisó y se la tiñó de gris. Su otra ala se mueve como titilando. Le paso por al lado, la miro. Tengo frío.

FRÍO – SOL
Me voy del Bajo por Marcelo T. El sol parece un cristal que me ilumina transparente. Los colores están más intensos. Estoy en el Largo da Florida, no hay un nombre para eso en castellano. El calçadão se transforma en Porto Alegre y yo lo atravieso, sendero blanco, mirando con atención los lugares donde piso. Tengo mucho frío.

martes, 20 de octubre de 2009

profesional

de Taxi Driver, Martin Scorsese.

What do you want to hack for, Bickle?
I can't sleep nights.
There's porno theaters for that.
I know. I tried that.
What do you do now?
Ride around nights mostly. Subways, busses. Figure if I'm gonna do that, I might as well get paid for it.
Wanna work uptown nights, South Bronx, Harlem?
I'll work anytime, anywhere.
Will you work Jewish holidays?
Anytime, anywhere.
Let me see your chauffeur's license. How's your drivin' record?
It's real clean, like my conscience.

sábado, 17 de octubre de 2009

borrador uno

Me despertó el frío de los azulejos en la espalda. Respiré hondo y erguí la cabeza, que estaba sostenida por los brazos colgando entre las rodillas, para enderezar el cuello y hacer que tomara contacto con el frescor de la pared.
Sentía el estómago lleno de líquido. Poco a poco fui volviendo en mí. Estaba en el baño. Había pasado parte de la mañana abrazado al inodoro. En él todavía flotaba la última vomitada. El olor a ácidos estomacales mezclado con la tortilla de papas que había cenado la noche anterior, cuyas sobras devoré apenas llegué, a las seis de la mañana, me tocó la boca del estómago. Como pude me levanté, estiré el brazo y apreté el botón. Con la mano, le dije adiós al revoltijo que se iba haciendo espirales. Bueno, todavía estaba un poco borracho.
Cerré los ojos y caminé hasta la cocina, siguiendo el camino de memoria. Tomé un vaso de agua. Volví a respirar hondo. Abrí los ojos. Me miré los pies, después las piernas, después la pija.
En el living estaba regada mi ropa: jean, una media y la otra, una zapatilla y la otra, la camisa estaba prolijamente acomodada en el respaldo de una silla. No dejo de ser yo en ninguna circunstancia.
No tardé en encontrar el bóxer, que estaba en el baño, atrás del bidet. Era mi bóxer preferido, rayado, lo olí para saber si podría ponérmelo de vuelta esa noche. Tenía mucho olor, pero no era mío. Tenía un olor raro. Me excité y tuve ganas de masturbarme, pero no lo hice porque supuse que me aumentaría el dolor que sentía en las cervicales.
Miré la hora en el celular. Había un mensaje de texto de un número no registrado en la agenda, enviado a las seis y media de la mañana. “Me encantó conocerte”, decía.

De la madrugada anterior, sólo me recordaba a mi mismo comiendo frenéticamente la tortilla que había sobrado.

Me fui a la cama, para continuar durmiendo, no sin antes contestar: “a mi también”.

jueves, 8 de octubre de 2009

enrúmbate y derrúmbate

de ¡Qué viva la música!, Andrés Caicedo.

Tú, no te detengas ante ningún reto. Y no pases a formar parte de ningún gremio. Que nunca te puedan definir ni encasillar.
Que nadie sepa tu nombre y que nadie amparo te dé.
Que no accedas a los tejemanejes de la celebridad. Si dejas obra, muere tranquilo, confiando en unos pocos buenos amigos. Nunca permitas que te vuelvan una persona mayor, hombre respetable. Nunca dejes de ser niño, aunque tengas los ojos en la nuca y se te empiecen a caer los dientes. Tus padres te tuvieron. Que tus padres te alimenten siempre, y págales con mala moneda. A mí qué. Jamás ahorres. Nunca te vuelvas una persona seria. Haz de la irreflexión y de la contradicción tu norma de conducta. Elimina las treguas, recoge tu hogar en el daño, el exceso y la tembladera.
Todo es tuyo. A todo tienes derecho y cóbralo caro.
No te sientas llenecita nunca.
Aprende a no perder la vista, a no sucumbir ante la miopía del que vive en la ciudad. Ármate de los sueños para no perder la vista.
Olvídate de que podrás alcanzar alguna vez lo que llaman “normalidad sexual”, ni esperes que el amor te traiga paz. El sexo es el acto de las tinieblas y el enamoramiento la reunión de los tormentos. Nunca esperes que lograrás comprensión con el sexo opuesto. No hay nada más disímil ni menos dado a la reconciliación. Tú, practica el miedo, el rapto, la pugna, la violencia, la perversión y la vía anal, si crees que la satisfacción depende de la estrechez y de la posición predominante. Si deseas sustraerte a todo comercio sexual, aun mejor.
Para el odio que te ha infectado el censor, no hay remedio mejor que el asesinato.
Para la timidez, la autodestrucción.
Adónde mejor se practica el ritmo de la soledad es en los cines, aprende a sabotear los cines.
No accedas al arrepentimiento ni a la envidia ni al arribismo social. Es preferible bajar, desclasarse; alcanzar, al término de una carrera que no conoció el esplendor, la anónima decadencia.
Para endurecer la unidad sellada, ensaya dándote contra las tapias.
No hay momento más intenso ni angustioso que el despertar de un hombre que madruga. Complica y prolonga este momento, consúmete en él. Agonizarás lentamente y de berrido en berrido enfrentarás los nuevos días.
Es prudente oír música antes del desayuno.
Tú, disimula el olvido. Aprende a contemplar inconmovible toda génesis. Si te tienta la maldad, sucumbe: terminaréis por rodar juntas del mismo brazo.
Come todo lo que sea malo para el hígado: mango viche y hongos y pura sal, y acostúmbrate a amanecer con los gusanos. Créete ceiba, que también cría parásitos.
Tú, no te preocupes. Muérete antes que tus padres para librarlos de la espantosa visión de tu vejez. Y encuéntrate allí donde todo es gris y no se sufre. Somos muchas. Incomunica el dato.

jueves, 1 de octubre de 2009

no decir nada de uno

M dice:
martín, supérate a ti mismo
M dice:
mírame a mí
M dice:
en poco tiempo podré morirme que nada ocurrirá
M dice:
no hago mas que leer policiales y beber whisky
Martín dice:
oh dios mío

martes, 29 de septiembre de 2009

charla con su madre

de Aquí nos vemos, John Berger.

Todos mis libros tratan de ti, digo yo de pronto.
¡Qué tontería! Puede que los hayas escrito para que yo estuviera allí, haciéndote compañía. Y estaba. Pero tratan de todo menos de mí. He tenido que esperar hasta ahora, hasta que has venido a Lisboa de viejo, para que escribieras esta historia sobre mi.
Todos los libros tratan del lenguaje, y el lenguaje para mí es inseparable de tu voz.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

epílogo

(eu cheguei em casa quando ela já tinha morrido, pedi para ficar a sós com o corpo, dei um beijo na sua testa, que estava fria e dura. A pela tinha ficado amarela pelo câncer. A boca estava vazia, os lábios pareciam autoarregaçados. E quis ver por última vez seus olhos azuis. Entao levantei com o dedo uma das pálpebras e vi o maravilhoso olho azul, mas o olhar nao estava mais).

martes, 22 de septiembre de 2009

lucha

de El Cuaderno Dorado, Doris Lessing.

Anna subió a ver a Janet y se sentó, a oscuras, junto a la niña dormida. Sintió la usual oleada de amor protector hacia su hija, pero aquella noche examinó su emoción críticamente: «No conozco a nadie que no sea incompleto –pensó-. Todos estamos atormentados y luchamos… Lo mejor que puede decirse de cualquiera es que lucha. Pero, si toco a Janet, en seguida siento que para ella va a ser diferente. ¿Por qué razón? No lo será. La estoy empujando a esa batalla, pero no es eso lo que siento cuando la contemplo durmiendo».

viernes, 7 de agosto de 2009

avión

¿Soy yo el que va a subir a ese avión?
¿Es él el que va a subir a ese avión?
¿Seremos nosotros?

lunes, 3 de agosto de 2009

pablo y matilde

El fondo es azul-francia, el encuadre es perfecto, se ve la ventana y el cartel colgando que indica el nombre de la casa. La luz entró fantásticamente. Con malos ojos, se advierte que está un poco fuera de foco. Descubro una P y una M escondidas en la reja de la ventana.
La otra está bien. En primer plano hay unas flores de hierro retorcidas. Es una baranda. Atrás se asoman desniveles revestidos de venecitas. Nada podría decirse sobre el lugar.
¿A dónde pertenecen las casitas de colores de la tercera?
La cuarta lo denuncia: Bella Vista Social Club.
Me emociona ver el agujero de mi ojo miope.
… tan sólo hubiera querido fotografiar tu muslo blanco asomando por un pliegue de la colcha roja mientras dormís en mi cama.

martes, 28 de julio de 2009

paraguas

M.,
Hola, ¿alguna novedad? Me alegra saber que en estos días de lluvia no haya una opacidad de paraguas que oculte tu belleza. Continúo de mal humor, algo angustiado, cansado.
No quiero hablar más de T. Estoy intentando una descatequización. Estoy aburrido de mi trabajo.
Presté uno de mis paraguas y olvidé el otro en un lugar la semana pasada, por tanto llueve y no tengo con qué cubrirme, y no tiene sentido comprar un tercer paraguas.
Pero estas sensaciones que a primera vista pueden denotar confusión de espíritu, en realidad son atisbos de claridad. Una etapa se ha cerrado, y abrir una nueva puerta provoca desconcierto. No queda otra opción más que seguir adelante. Están los que no tienen miedo, están los que tienen miedo y huyen, están los que tienen miedo y siguen adelante. Detesta a los primeros, no juzgues a los segundos y lucha para estar entre los terceros.
¿Qué planes hay para el fin de semana? Necesito ruido. Te mando un beso, y espero que hayas comenzado bien la semana.
Tuyo, M.

lunes, 27 de julio de 2009

ânsia

de Crave, Sarah Kane.

Quiero dormir a tu lado y hacerte las compras y cargarte las bolsas y decirte cuánto me gusta estar con vos pero me siguen obligando a hacer estupideces... Y quiero jugar a las escondidas y regalarte mi ropa y decirte cuánto me gustan tus zapatos y sentarme en el borde de la bañadera mientras te bañás y hacerte masajes en el cuello y darte besos en los pies y llevarte de la mano e irme con vos a cenar y que no me importe que comas de mi plato y encontrarme con vos en el Rudy's y hablar del día y tipear tus cartas y llevar tus cajas y reírme de tus paranoias y regalarte discos que nunca escucharás y ver películas buenísimas y ver películas malas y quejarme del programa de radio y hacerte fotos mientras dormís y levantarme para prepararte café con tostadas y pancitos y salir con vos a tomar un café al Florent en medio de la noche y dejar que me robes los cigarrillos y que nunca tengas fuego y contarte lo que vi en la tele la otra noche y acompañarte al oculista y no reírme de tus chistes y desearte por la mañana pero dejarte dormir un poco más y mientras darte besos en la espalda y acariciar tu piel y decirte cuánto me gusta tu pelo tus ojos tus labios tu cuello tu pecho tu culo tu y sentarme a fumar en la escalera hasta que vuelva tu vecina y sentarme a fumar en la escalera hasta que vos vuelvas y preocuparme cuando te atrasás y asombrarme cuando te adelantás y regalarte girasoles e ir a tu fiesta y bailar hasta quedar negro y estar triste cuando me equivoque y feliz cuando me perdones y mirar tus fotos y desear haberte conocido desde siempre y sentir tu voz en mis oídos y sentir tu piel contra mi piel y tener mucho miedo cuando te enojes y se te ponga un ojo negro y otro azul y tu pelo hacia la izquierda y una cara de oriental y decirte estás preciosa y abrazarte cuando estés ansiosa y abrazarte más cuando sufras y desearte sólo con olerte y abusarme al tocarte y gemir cuando esté a tu lado y gemir cuando no esté a tu lado y babear sobre tu pecho y envolverte toda la noche y sentir frío cuando me quites la manta y sentir calor cuando no lo hagas y derretirme cuando sonrías y desintegrarme cuando rías y no entender y preguntarte por qué creés que te estoy rechazando cuando no te estoy rechazando y preguntarme cómo podés pensar que yo sería capaz de rechazarte a vos y preguntarme quién sos pero aceptarte igual y contarte acerca del ángel del niño del bosque encantado que voló sobre el océano porque te amaba y escribirte poemas y preguntarme por qué no me creés y tener un sentimiento tan profundo que no encuentra palabras y querer compartirte un gatito y sentir celos de él cuando reciba más atención que yo y retenerte en la cama cuando te tengas que ir y llorar como un bebé cuando finalmente te vayas y vaciar los ceniceros y comprarte regalos que no quieras y llevármelos otra vez y pedirte que te cases conmigo y que vos me digas que no otra vez pero siempre fue en serio desde la primera vez y deambular por toda la ciudad pensando que sin vos está vacía y querer todo lo que querés y pensar que me estoy perdiendo a mí mismo y saber que con vos estoy a salvo y contarte de mí mismo lo peor e intentar darte lo mejor porque vos lo merecés y contestar tus preguntas cuando prefiera no hacerlo y decirte la verdad cuando en realidad no quiera e intentar ser honesto porque sé que vos lo preferís y pensar que todo se acabó pero aferrarme allí durante diez minutos más hasta que me eches de tu vida y te olvides de quién soy e intentar acercarme a vos porque es hermoso aprender a conocerte y el esfuerzo vale la pena y hablarte mal en alemán y peor en hebreo y hacer el amor con vos a las tres de la madrugada y de alguna de alguna manera comunicarte ese amor abrumador arrasador incondicional omnipresente y sempiterno que enriquece el corazón y libera la mente ese amor eterno y presente que siento por vos.

sábado, 25 de julio de 2009

por qué la cocina

Porque me senté en el piso de la cocina, con la espalda apoyada en las alacenas y miré el pedazo de living que recorta la abertura de la puerta que comunica ambos ambientes, y vi la mesa y las cuatro sillas, el diván, una punta de la mesa de luz de mi abuela (que es mesa de teléfono) y tuve la convicción de que si fuera necesario, todo eso podría ser empeñado, y que podría perder ese lugar, si fuera necesario hacerlo, para irme a otro.
Por primera vez. Todo eso supe desde la cocina.

de la cocina

de Kitchen, Banana Yoshimoto, pág. 11 a 13

Creo que la cocina es el lugar del mundo que más me gusta. En la cocina, ni importa de quién ni como sea, o en cualquier sitio donde se haga comida, no sufro. Si es posible, prefiero que sea funcional y que esté muy usada. Con los trapos secos y limpios, y los azulejos blancos y brillantes.
Incluso las cocinas sucísimas me encantan.
Aunque haya restos de verduras esparcidos por el suelo y esté tan sucio que la suela de las zapatillas quede ennegrecida, si la cocina es muy grande, me gusta. Si allí se yergue una nevera enorme, llena de comida como para pasar un invierno, me gusta apoyarme en su puerta plateada. Cuando levanto los ojos de la cocina de gas grasienta y del cuchillo oxidado, en la ventana brillan estrellas solitarias.
Sólo estamos la cocina y yo. Pero creo que es mejor que pensar que en este mundo estoy yo sola.
Cuando estoy agotada suelo quedarme absorta. Cuando llegue el momento, quiero morir en la cocina. Sola en un lugar frío, o junto a alguien en un lugar cálido, me gustaría ver claramente mi muerte sin sentir miedo. Creo que me gustaría que fuese en la cocina.
Antes de que me acogiera la familia Tanabe, dormía siempre en la cocina. Una noche en que no podía conciliar el sueño, salí de mi habitación y busqué un lugar cómodo. Me di cuenta, al amanecer, de que donde mejor podía dormir era junto a la nevera.
Yo, Mikage Sakurai, soy huérfana. Mis padres murieron jóvenes. Me criaron mis abuelos. Mi abuelo murió en la época de mi ingreso en la escuela secundaria. Desde entonces, vivíamos solas mi abuela y yo.
Hace poco murió mi abuela inesperadamente. Me asusté.
La familia, esta familia que realmente he tenido, fue reduciéndose poco a poco a lo largo de los años, y ahora, cuando recuerdo que estoy aquí, sola, todo lo que tengo ante los ojos me parece irreal. Ahora, en la habitación en que la que nací y crecí, me sorprende ver que el tiempo ha pasado y que estoy sola.
Como en la ciencia ficción. Es la oscuridad del universo.
Después del entierro estuve como ausente tres días.
Yo arrastraba suavemente un sueño tranquilo que acompañaba a una tristeza inmensa sin hacerme apenas derramar lágrimas, y extendí el futón en la cocina, que brillaba en silencio. Como Linus, dormí envuelta en una manta. El zumbido de la nevera me protegía de los pensamientos de soledad. Allí, la noche, larga, pasó bastante sosegada y llegó la mañana.
Sólo quería dormir bajo las estrellas.
Sólo quería despertarme con la luz de la mañana.
Todo lo demás, simplemente, fue pasando despacio.

viernes, 24 de julio de 2009

indie

la mujer invisible que me circundaba todo el tiempo se materializó ayer y se fue.