miércoles, 15 de diciembre de 2010

piel

en País de nieve, Yasunari Kawabata

- Qué delicados son los seres humanos -había comentado Komako esa mañana, cuando se enteraron de la noticia de que había habido otro accidente en las montañas-. Los encontraron con los huesos hechos pulpa. En cambio, un oso puede caer desde una altura superior y no recibir el menor rasguño. Allí fue -y señaló en dirección de una de las cumbres.

Si el hombre tuviera el pelaje y la contextura de un oso, su vida sería bien diferente. había pensado entonces Shimamura. Sin embargo, era a través de esa piel tan delicada que se transmitía el amor. Y ahora, mientras miraba el sol caer detrás de las montañas, sintió una nostalgia inexplicable por la piel humana.