miércoles, 15 de diciembre de 2010

piel

en País de nieve, Yasunari Kawabata

- Qué delicados son los seres humanos -había comentado Komako esa mañana, cuando se enteraron de la noticia de que había habido otro accidente en las montañas-. Los encontraron con los huesos hechos pulpa. En cambio, un oso puede caer desde una altura superior y no recibir el menor rasguño. Allí fue -y señaló en dirección de una de las cumbres.

Si el hombre tuviera el pelaje y la contextura de un oso, su vida sería bien diferente. había pensado entonces Shimamura. Sin embargo, era a través de esa piel tan delicada que se transmitía el amor. Y ahora, mientras miraba el sol caer detrás de las montañas, sintió una nostalgia inexplicable por la piel humana.

domingo, 17 de octubre de 2010

manifiesto

en Tocata Mañanera, de Cuatro pesos de propina.

Una puñeta de mañana El sol en la ventana El día por delante
Sin nada que te espante No quiero la mentira Que va por esta vida
No quiero la ignorancia Que corre en abundancia
Quiero ver y saltar hacia el abismo
Volver a volver libre, libre de mí mismo

Convidarte a la pelea Combatir las cosas feas Encontrarme en la simpleza
Disfrutar esta pereza No al miedo ni al dolor Si a la hierba de buen olor
No al encierro colectivo Sí a los dedos sensitivos Qué viva la inteligencia
Y así encontrarnos en la esencia
Y entre todos lograr libertad e independencia

Qué día el día en que Toditos disfrutemos Y el hombre nuevo que seremos
Cómo será, qué curiosidad...
Y al final el encierro Va cediendo

lunes, 13 de septiembre de 2010

imagen

de Un día perfecto para el pez plátano, J.D. Salinger.

En el hotel había noventa y siete agentes de publicidad neoyorquinos. Como monopolizaban las líneas telefónicas de larga distancia, la chica de la 507 tuvo que esperar su llamada desde el mediodía hasta las dos y media de la tarde. Pero no perdió el tiempo. En una revista femenina leyó un artículo titulado «El sexo es divertido o infernal». Lavó su peine y su cepillo. Quitó una mancha de la falda de su traje beige. Corrió un poco el botón de la blusa de Saks. Se arrancó los dos pelos que acababan de salirle en el lunar. Cuando, por fin, la operadora la llamó, estaba sentada en el alféizar de la ventana y casi había terminado de pintarse las uñas de la mano izquierda.

miércoles, 26 de mayo de 2010

lacánico

de Una temporada con Lacan, Pierre Rey.

No es mucho lo que uno elige.
Ni el momento en que nace, ni el nombre que lleva, ni el color de sus ojos, ni aquellos que más tarde nos lastimarán por haberlos amado. Salidos de un deseo que en todo momento seguirá resultándonos extraño, marcados al rojo vivo por el lenguaje y el lugar que incluso antes de que se nos concibiera nos había sido devuelto como nuestro por los otros, clamamos, con los ojos vendados, libertad y morimos a ciegas.

martes, 30 de marzo de 2010

observación

de El Cuaderno Dorado, Doris Lessing.

Un marido le es infiel a su mujer, no porque esté enamorado de otra, sino para afirmar su independencia en relación con el estado matrimonial. Cuando vuelve de haber estado en la cama con la otra mujer, con la intención de comportarse discretamente, deja que se descubra lo ocurrido, como «por accidente». El «accidente» -perfume mancha de carmín u olor a sexo sin lavar- tiene un sentido más profundo, aunque él no lo sepa. En realidad, necesita decirle a su mujer: «No te pertenezco».

domingo, 28 de marzo de 2010

veneno

en canción antinacionalista zamorana, Kiko Veneno.

El calor me mata, la lluvia me pervierte, cuando nieva en Sevilla me gusta verte.
El humo me ciega, las nubes me levantan, y sólo me consuela la virgen de la estampa.
Los dulces me atan, el ruido me alimenta, no me sirve el paraguas cuando viene la tormenta.
Las moscas me pueden, los gatos me hieren, los niños me pintan en las paredes.
Los guardias me advierten, las monjas me arrugan, y me entran las ganas de mear cuando sale la luna.

martes, 1 de diciembre de 2009

el atolondradicho

... o un desmedido atolladero de palabras que van y vienen de un idioma a otro...